Los Megachasma pelagios, o tiburones pelágicos de boca ancha, son uno de los peces menos estudiados que existen, a pesar de que pueden alcanzar hasta seis metros de longitud. Una de las especies se encontró por primera vez hace sólo medio siglo, y desde entonces se han visto unas cien veces. Por eso, la comunidad científica no sabe casi nada de cómo se reproducen, migran y demás.
A mediados de noviembre, investigadores de una organización conservacionista llamada Marine Wildlife Watch of the Philippines encontraron un miembro muerto de la especie frente a la costa de una isla de Filipinas. Se desconoce la causa de la muerte de esta especie de cinco metros de largo, pero los expertos creen que pudo morir tras ser arrastrada por la corriente hasta la orilla, y que no fue obra del hombre.
Además, cerca de la hembra también se encontró una cría muerta, que presumiblemente fue expulsada de su vientre bajo los efectos de un fuerte estrés, comportamiento típico de los tiburones. En la autopsia se descubrió que el animal tenía otros seis tiburones nonatos, cuyos cuerpos alcanzaban casi los dos metros de longitud.
