La carga útil del cohete es el módulo lunar Peregrine del contratista espacial Astrobotic. Cumple un contrato con Celestis y Elysium Space, que ofrecen servicios de inhumación de cenizas humanas en el satélite natural de la Tierra. Debido a la amplia publicidad sobre el servicio, los indios navajos se enteraron y presentaron una protesta colectiva.
La esencia de la protesta es que en la cultura navajo la Luna es un lugar con un estatus especial, sagrado. Visitarla no está prohibido, pero dejar allí intencionadamente lo que podría interpretarse como «desechos y basura» no está permitido: se considera profanación. Los restos humanos entran claramente dentro de esta definición, por lo que el jefe de la alianza tribal navajo, Buu Nigren, presentó una protesta formal ante la NASA y el Departamento de Transporte de Estados Unidos.